miércoles, 29 de octubre de 2008

Festival HOY!

martes, 28 de octubre de 2008

¿Qué es la Constituyente Social y para qué sirve?

La estructura de “lo legal” de un país se da en la puja entre los sectores de poder (agrarios, industriales, mediáticos) de una sociedad. De estos procesos nacen las constituciones nacionales y las expresiones políticas dominantes. La Argentina actualmente tiene una Constitución que expresa el avance neoliberal de la década menemista y sus posteriores ajustes aliancistas, dualdistas y kirchneristas. Esta nueva legalidad expresó (y aún lo hace) un modelo de sociedad de explotación, flexibilización, precarización laboral, exclusión y marginalidad social, entrega de los recursos naturales y opresión del pueblo. Como resultado de esto en la Argentina un tercio de la población concentra la riqueza mientras que el grueso queda condenado a la pobreza y marginalidad ya que la exclusión económica se expresa, a su vez, como exclusión sociocultural y política.

El proyecto de una Constituyente Social no se queda solo en discutir sobre la legalidad vigente sino que apunta a crear un nuevo espacio político que pueda pensar en un modelo de país diferente sabiendo que este profundo cambio no puede estar dado por las mismas lógicas que impulsaron el modelo neoliberal y su imposición: es por eso que busca contactar y articular a las miles de organizaciones que, desde el campo popular se organizan en la lucha por una verdadera distribución de la riqueza, soberanía alimentaria, cultural, energética y en defensa del usufructo de nuestro recursos naturales. Disputando con la estructura misma del modelo económico-social de la actualidad ya que se construye como un proceso de debate y acción que apunta a crear en verdadero consenso social como base de este nuevo modelo.

El debate no excluye tema alguno porque es desde las prioridades reales de los movimientos sociales que se puede dar contenido a las consignas más amplias. Discutir aquellos puntos nos obliga a pensar en una reforma agraria integral, la propiedad de la tierra, el cuidado del medio ambiente, la industrialización del país, la generación de trabajo genuino y la promoción de la cultura popular y la disputa por la producción de conocimiento en el campo educativo.

Este camino no puede pensarse por fuera de los demás procesos de cambio originados en los últimos tiempos en países hermanos de Nuestra América (Bolivia, Ecuador y Venezuela entre otros procesos interesantes). En síntesis, necesitamos construir capacidad, atributos y unidad para poder aportar a un nuevo movimiento histórico que definitivamente conquiste la equidad, la justicia y la felicidad para las mayorías históricamente postergadas en nuestra Patria.

Festival por una cultura En Movimiento

Festival por una cultura En Movimiento
Jueves 30 a las 17hs.
en la sede Ramos Mejía (salida de Ramos)

lunes, 27 de octubre de 2008

Pongamos el centro En Movimiento

A una semana de las elecciones a Centro de Estudiantes, el frente Oktubre, que lo condujo por seis años consecutivos, finalmente llegó a su fin. Preso de sus propias lógicas que lo llevaron a vaciar el Centro de participación y contenido, priorizando debates e internas estériles que poco y nada tienen que ver con la cotidianeidad de la gran mayoría de los estudiantes de la facultad, Oktubre terminó por romperse, cuando en un plenario “abierto” algunas de sus fuerzas se lanzaron esas acusaciones cruzadas a las que, lamentablemente, ya nos tienen acostumbrados.

En materiales anteriores señalamos que este es un momento muy especial para profundizar el debate sobre que tipo de Centro de Estudiantes necesitamos para ponernos realmente en Movimiento y aportar seriamente a la construcción de un Movimiento estudiantil que cambié de raíz las lógicas sectarias que llevaron a muchos a alejarse de los espacios de participación.

El proceso de movilización y organización que se desarrolló este año alrededor de las condiciones de cursada, desbordó ampliamente a Oktubre, en una clara señal de que, cuando somos muchos los que participamos, somos capaces de mover montañas, aun a costa de tener una conducción del Centro que se mostró como un verdadero tapón del movimiento estudiantil.

Entendemos que es momento de empezar a caminar por nuevos senderos. El importante proceso que se dio este año puede ser potenciado por miles si logramos reapropiarnos de la principal (aunque no la única) herramienta que debe tener el movimiento estudiantil para desarrollarse: el Centro de los Estudiantes.


La búsqueda por llevar a cabo grandes procesos de transformación de raíz de una realidad muchas veces naturalizada, requiere de muchas manos y cuerpos para poder llegar a buen puerto. Entendemos que, por suerte, somos muchos los que pensamos que es necesario avanzar en revalorizar al Centro como la instancia de participación y organización real del conjunto de los estudiantes de la facultad y no solo de las fuerzas que llegan a su conducción formal.

Como venimos señalando, esta articulación de enfoques, prácticas y discursos en función de romper con determinadas lógicas y empezar a construir algo distinto, se expresó durante todo el año, pero en particular durante el conflicto, cuando un conjunto de compañeros, algunos no agrupados y otros pertenecientes a agrupaciones y colectivos, empezamos encontrarnos y logramos imprimirle a ese proceso una impronta distinta, que es en definitiva, la que nos dejó un saldo positivo.

Es por eso que, lejos de cualquier sectarismo o soberbia, hace algunas semanas hicimos un llamado a todos esos compañeros (agrupados y no agrupados) a que juntos confluyamos en una única expresión que pueda articular a los que soñamos con un Centro distinto, como parte de un proceso de reapropiación por parte de los estudiantes de su instancia gremial.

Porque entendemos que el Centro sólo se pondrá en Movimiento si logramos construir desde la diversidad, sin sectarismos, sin etiquetas que nos dividan, sin trenes exclusivos que ya salieron, a los que sólo te invitan a subirte. Porque el tren sólo tiene sentido si lo ponemos en Movimiento entre todos.

Por esto, creemos que romper la falsa dicotomía entre “militantes” y “estudiantes” es parte de repensar las formas y el contenido de un nuevo Movimiento estudiantil que pueda transformar la realidad que nos toca vivir. Si logramos revalorizar al Centro y construir ese Movimiento, los estudiantes no seremos “independientes” del Centro ni de la necesidad de tomar la realidad en nuestras propias manos para empezar a transformarla.

Ahora es cuando empezamos a poner el Centro en Movimiento





domingo, 26 de octubre de 2008

Propuestas para un centro En Movimiento y de los estudiantes


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¡Juntos y En Movimiento para transformar el centro!


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Estar En MOVIMIENTO



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